La banda de Billy Corgan, que arrasó en los 90 especialmente con el flamante 'Mellon Collie & the Infinite Sadness' (1995), está de vuelta con nuevo álbum, 'CYR', entregado a los ritmos electrónicos, que puede recordar a su gran éxito '1979' o al fallido álbum 'Adore' (1998), notablemente influido por Depeche Mode o New Order. La banda debutó dentro de la corriente shoegazer con 'Gish' (1991), estupenda carta de presentación que sobresalió poco entre esta tendencia de guitarras saturadas que se impusieron a principios de los 90, con el sonido de My Bloody Valentine, Ride o The Stone Roses, para pasar a un lado más rockero en 'Siamese dream' (1993), donde ya empezaron a despuntar gracias a la balada 'Disarm' o al pegadizo 'Today'. The Smashing Pumpkins fueron entonces incluidos en el movimiento del rock alternativo, que tuvo en el subgénero del grunge un momento de gloria para las guitarras en el pop que poco duraría, con el desembarco del r'n'b a los más alto de las listas de éxitos, así como el progresivo dominio de los ritmos electrónicos y dance. El arranque del siglo ha sido un ir y venir de proyectos e intentos por lograr volver a ser el gran grupo de los 90. Con esta vuelta, The Smashing Pumpkins están más cerca.